
Sinceramente, gran parte del crédito de mi repunte emocional se lo debo a la música.
K T Tunstall, Ingrid Michaelson con "Starting now" y "December baby" y "Overboard".
Paramore y su cantante pelirroja. Como me gustaría teñirme en ese tono y hacerme flequillo y gritar mientras canto y revolear platos por las calles tucumanas. Esa sería una gran catarsis.
Ah, como olvidar a Colbie Caillat y su "Midnight bottle". Me debo una noche con amigos en Tartagal, sintiendo que la noche purga mis dolores y se los lleva dentro de una botella.
Son días de desesperanza amorosa, una amistad quebrada y la compañia de alguien que me hace bien.
De a poquito todo parece aclararse. Y Ricky Fitts parece diluirse en el tiempo. Todavía es difícil mirarlo de lejos... y de cerca. Pero todo está terminando, mi instinto de supervivencia es más grande que mi masoquismo.
Quisiera volver a escribir sobre el amor. Cada vez que trato de hacerlo, acabo huyendo de mis propias ideas. Iba a hacer una crítica sobre "The fountain" para hablar sobre ese amor entrañable y profundo entre Izzi y Tommy, y me salió un análisis metafísico muy alejado de mi idea original.
Ya volveré a ser la misma. O no? Mmm... veremos.
Siempre serás bienvenido a este lugar...