
Marzo 2010
El mundo es un campo minado. Sin advertencias ni barricadas.
En cualquier lugar, a la hora que sea, la explosión es una amenaza latente y nunca perecedera.
He sido asignada aquí como cada una de las personas que leen esto y las que no. De día me olvido de dónde vivo y de noche dejo de ocultarlo.
Algunas veces me pregunto si los demás pueden ver lo que yo veo. Muy raramente los confronto con esa visión. Y en cada una de esas oportunidades, se repite la misma reacción: negación, a cualquier precio.
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