sábado, 25 de octubre de 2008

Adios Ricky Fitts

Caminando por esta dolorosa ciudad, no dejo de pensar en él.
Las lágrimas no caen, aunque lo extraño hasta que me duele un lugar invisible en mi cuerpo.
No puedo disfrutar de la comida. Como por inercia, pero el vacío es demasiado poderoso. No me deja sentirme plena. Parece que el dolor se ha instalado en el centro de mi cuerpo.
No entiendo qué es lo que hago, las sigo a mis amigas en sus recorridos, porque no quiero parar. No puedo dejar de hacer cosas, de rendir materias, de ir al cine, de escuchar a Keane, o simplemente escuchar cualquier melodía. No importa lo que sea, sólo quiero dejar de pensar. Y de repente él aparece en mis recuerdos, en ese momento en el que el cielo se cayó hasta desfallecer en un abismo del que no me puedo rescatar.
Desde ese día soy un fantasma, y no puedo volver a esta realidad. No quiero volver a este lugar ni a ninguna parte.
Les tengo miedo a los abrazos, tengo miedo que me quiebren. No quiero que me digan nada bonito porque entraría en contradicción con lo que veo reflejado en el espejo. Me siento insuficiente, marginada.
Odio sentirme así y saber que ya no podré ser la Jane de Ricky Fitts.
Hoy sentada en el café del Ateneo sentí que debía arrimarme a la sección de Poesía. Fue como si fuera llamada hacia ese sector como todos los enamorados no correspondidos. Ese lugar era mi destino, aunque mi pasado me indicara alejarme de esos libros. Nunca me ha gustado demasiado la poesía, pero hoy parece ser lo único que me consuela, o me acompaña.
Así fue como encontré este poema de Susana Cella, del libro "De amor (dientes paredes arrugadas)". Es dolorosamente cierto:

Estabilidad

¿Cómo ese momento breve de sentirte
completamente
y entre todas las personas alrededor,
entero, de toda presencia, decir el sentimiento?
¿Y para qué, por otra parte, decírtelo?
En el mentido cerca.
Igual que sombra de sueño.
Pero aun, aun, cómo.

Y sí, no dejo de preguntarme por qué esta necesidad de decir la verdad. Nunca la he sentido tan dolorosa como hoy.
Es hora de dejarlo ir al pasado. Dejarte ir.

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