No me siento triste ni feliz. Tampoco inerte o levitante.
¿Hay acaso un nombre para describir mi estado?
Sólo se que no puedo dejar de soñar. Despierta o dormida, da igual. Ya no se qué proviene de mi imaginacion y qué de mi inconsciente. Siento que la resignacion absorbe mi aliento y fluye a traves de mi. Y no se siente mal. Es como si estuviera ahi. Siempre, inseparable de mi vida.
Ya no importa si la gente me ve o no. Ya no distingo entre los intereses diversos de ellos. Mis acciones no tienen intenciones. No hay indirectas o directas. Ya no hay nada.
No tengo interes en jugar con la vida, darle un giro a mis dias. Porque ya no se como provocar reacciones.
Quizas por eso nunca he sido tan sincera como ahora. Tampoco me considero una persona directa. Tan sólo digo las cosas como son. Son palabras combinadas entre si, formando frases basicas, claras y, en lo posible, precisas.
Nadie puede decir que los productos de mi imaginacion son censurables. No hay derecho. Porque vuelvo a repetir, no hay intencion. Ni provocacion. No hay accion ni devocion. No aspiro a nada. Todos son libres de vivir su vida como quieran.
El mundo sigue, girando sobre su eje, una y otra vez. Y yo me alejo, mas, y mas y mas. Mientras todos siguen hablando, creyendo y murmurando, nadie lo vera, probablemente ni siquiera yo. No hay razones. No hay forma de detener a este cuerpito, que sigue luchando, exhausto y sin sentido alguno.
Bueno. Sí. Hay una forma. Pero es imposible. O casi. porque nos enseñan desde chicos que nada es imposible. Pero no conozco el antídoto. Todos los dias veo sus efectos en la gente. Todos ajenos.
Me falta fe, me diran algunos. Tal vez esten en lo cierto, ¿pero acaso mi fe serviria de algo? Y si es asi, ¿donde la consigo? En Dios. En la naturaleza. En la logica. Tantas opciones para tanto desconcierto.
Es asi. Me han llegado rumores. De toda índole. Creer o no creer.
Dicen que hay una cura para tanto vacio. No la conozco y no se como encontrarla. Dicen que se llama amor...
