jueves, 27 de septiembre de 2007

Denso y pasional

Fue un sueño. Tan sólo un sueño ¿Por qué será que tienen la cualidad de parecernos tan reales? Son tantas las veces que queremos que lo sean.
¿Y qué hacer cuando uno no se quiere despertar? E intentamos, engañándonos en somnoliencia, de alargarlos, de cortarlos y pegarlos en nuestra vida. Y así seguirlos y vivirlos, en carne propia, con los ojos abiertos, sintiendo la emoción, la alegría del hecho tan simple y complejo de vivir.
Llorando como debe ser. Como si el dolor viniera de una herida abierta, envenenada de tanta decepcion y engaño. Así las lágrimas vendrían a lavar las penas, a limpiar el alma, a ayudarme a enfrentar las verdades inentendibles. A aceptar que mis vínculos son de sangre. Todos. Y la sangre es dolor. Vida. Muerte. Pasión. Amor. Desamor.
Abro la puerta y lo siento. me acurruco en mi cama y lo siento. El olor, el aire, el tacto, el verbo. Todo me hace ser consciente de cada minuto que respiro.
Tantas veces he querido enceguecerme. Mi estado no me deja cerrar los ojos y descansar.
Descansar de verlo todo. De pensar en todo lo que tengo y todo lo que me falta. El ¿por qué? me persigue.
La sangre sigue corriendo, sigue su curso y me obliga a seguirlo tambien. Todo es denso y pasional.
Pero sí viene. Ese esterno y reparador destino. Simple, sutil, sincero. Muy míos. Mis sueños. Sueños de abrazos, pocas palabras, miel, brisa cálida, risas dulces y ese aroma que sabe a amor.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Simpleza esencial



Son los últimos párrafos de una entrevista que dio Andrés Calamaro a la Rolling Stone en noviembre de 2006:


Ya con el grabador prendido pronunció (Calamaro) una frase, una única frase, que como las buenas comedias románticas suena superficial y en verdad es profunda (tirando a abismal se diría), cualidad que, adaptada a este tema, él no parece advertir.


"Hace un rato, cuando me preguntabas si alguna vez estuve preocupado por no escribir con el ritmo frenético con el que escribía El salmón pensaba que en realidad lo que tendría que contestarte es que no, que ése no era el problema, que cambiaría todas las canciones del mundo, hasta las de Los Beatles, por haber conocido antes a mi mujer"


Instante bello. En prosa simple.

viernes, 7 de septiembre de 2007

El abismo de la vida


Estoy terminando de leer un libro de Milan Kundera, un autor al que acudo constantemente porque siempre tiene las respuestas mas sabias a esas cosas que nos dejan sin aliento en esta vida. Esta obra se llama "El libro de la risa y el olvido".


Este es un retazo que vale la pena recordar:

"Comprendo los reproches que se hacia Tamina. Cuando murió mi padre yo también me los hice. No podía perdonarme haberle preguntado tan poco, saber tan poco de el, haberlo dejado pasar de largo. Y precisamente aquellos reproches me hicieron comprender lo que probablemente me quería decir junto a la partitura de la sonata op.111.

Intentare explicarlo con una comparacion.
La sinfonía es una epopeya musical. Podríamos decir que se parece a un camino que recorre el infinito externo del mundo, que va de una cosa a otra, cada vez mas lejos. Las variaciones también son un camino. Pero ese camino no recorre el infinito externo. Conocen ustedes sin duda la frase de Pascal acerca de que el hombre vive entre el abismo de lo infinitamente grande y el abismo de lo infinitamente pequeño. El camino de las variaciones conduce a ese otro infinito, a la infinita diversidad interna que se oculta en cada cosa.

Beethoven descubrió así en las variaciones un espacio distinto y una distinta dirección del movimiento. Sus variaciones son en este sentido una nueva invitacion al viaje.

La forma de la variación es una forma de concentración máxima y permite al compositor hablar solo de la cosa en si, ir directamente al núcleo de la cuestión. El objeto de la variación es un tema que con frecuencia no tiene mas que dieciséis compases como si penetrase por una cima hacia el centro de la tierra.

El camino de este otro infinito no es menos azaroso que el camino de la epopeya. Así desciende el físico a las milagrosas entrañas del átomo.

Con cada variación Beethoven se aleja mas y mas del tema original, que no se parece mas a la ultima variación que una flor a su imagen bajo el microscopio.

El hombre sabe que no puede abarcar el Universo con su sol y sus estrellas. Lo que le parece mucho mas insoportable es estar condenado a dejar pasar de largo también al otro infinito, al cercano, al que esta al alcance de la mano. Tamina dejo pasar al infinito de su amor, yo deje pasar a papa y cada uno deja pasar a su propia obra porque en busca de la perfección hay que ir hacia adentro de las cosas y nunca se llega hasta el final.

El que se nos haya escapado el infinito exterior lo tomamos como un sino natural. Pero el haber dejado escapar al otro infinito, lo consideraremos hasta la muerte como culpa nuestra. Pensábamos en el infinito de las estrellas y no nos ocupabamos del infinito de papa.

No es de extrañarse que las variaciones se hayan convertido en el amor del Beethoven mayor, maduro, que sabia muy bien (como lo sabe Tamina y lo se yo) que no hay nada mas insoportable que dejar pasar de largo al hombre que hemos amado, a esos dieciséis compases y al Universo interno de sus posibilidades infinitas".


No se ustedes pero mientras leía este pedacito del libro en el ómnibus se me partía el corazón al saber que Kundera esta en lo cierto. Duele, todos los días duele haber dejado ir a esas personitas que hubiéramos querido conocer mas o simplemente pasar mas tiempo junto a ellas. Duele saber que él ya no esta mas. Lamentablemente se que este sentimiento no es solo mio. Lo tienen muchos. Y también duele sentir que el tiempo no esta de mi lado. Quisiera que los días duraran mas para poder hacerles millones de preguntas a esa gente que tengo tanto miedo de perder.

Me quedan un montón de Padrinos por ver con mi abuelo.

La parte del texto que esta en negrita la resalto mi papa en el libro. y no deja de llamarme la atención que no haya resaltado la palabra "papa". Como si se resistiera a que eso pase.

Entonces somos dos, resistiendo al olvido, a lo inevitable, al tiempo.

domingo, 2 de septiembre de 2007

La noche te trae sorpresas

He aquí mi relación amor odio con la noche.
El temita de la oscuridad nunca ha sido mi fuerte, pero es cierto que muchas veces la vida se pone mas interesante en las altas horas de la noche...
Ayer salí a bailar. No salgo mucho porque mil y un inconvenientes suelen surgir en la antesala de futuros planes.
En fin, me paso de todo. Un remisero que no llegaba a buscarme, debe tenerse en cuenta que eran casi las 1 y media de la mañana. Tuve que mandarme a la calle y subirme a un remis al azar. Llegue al Abasto aunque solo una vez hace unos meses había ido y no tenia idea donde era el boliche en cuestión.
Bien, lo encontré. Ahora a buscar a mis amigas. Ese dia me iba a reunir con 2 grupos de amigos. Y aunque suene sorprendente, estaba ahí, yo, sola, esperando a algunos de ellos y a la vez rodeada de gente. Desconocidos. Si, estoy en Tucuman, me decía a mi misma. Así es mi vida. Y me mande nomas a esperar poder entrar en la fila. Encima unos patovicas de 2 metros y medio me bloquearon el paso y se colaron los vivos. Ahí nomas deseaba ser hombre. Igual mi ilusión no duro ni 2 minutos.
Y así, media hora, muerta de frío, sin entender que hacia ahí, riéndome de mi propia ridiculez, me reía hasta de mi seriedad tipo "nadie mas me va a robar mi lugar. Esta fila es mía!!!"
Si, era mía, hasta que llegan mis amigas, yo ya a punto de entrar y me hacen ir por otro lugar y entramos sin problema.
Perfecto: media hora de cola al re pe...
Entro, bailo, le pongo onda (esa es la magia de la resinación) y me turno para estar con mis dos grupos de amigos. De aquí para allá. Igual no me duro mucho la estrategia. Apareció como mandado por piedad a mi indiferente y vacío 2007 (hasta ahora). Y así reí, abracé, baile... feliz noche y feliz septiembre. Lo que necesitaba. Disfrutar la vida y reconciliarme con la noche.
Y sonaron las 4 de la mañana, adios y gracias por la sonrisa y por los pasos locos.
Si, así es. Volvía a la realidad y no era muy linda que digamos ¿No puede durar esta noche un poquito mas?
No, porque lo bueno suele durar poco y esta bien que sea así. Lo disfruto mas, soy yo y nadie mas. No mas apariencias, ni múltiples personalidades. El milagro se dio por un ratito: la Gisela de Tartagal, se unía con la de Salta y la de Tucuman, al igual que sus respectivas subdivisiones. Era una sola. Una Gisela feliz.
Lo triste es que hoy me desperté y estaba perdida. Entre la decepción y los problemas, entre el dolor de no poder salvar lo insalvable y el sentir que no hay salida, estaba abrumada. Pero dormí la siesta, charle con doña Mari con el vientito a nuestro favor, salí a la Santiago a caminar y vino el alivio. La noche me vuelve a sorprender con su contención y le agradezco.
Y llego así a creer en lo que una personita en sueños me dijo:
No te preocupes. Todo va a estar bien.