jueves, 27 de septiembre de 2007

Denso y pasional

Fue un sueño. Tan sólo un sueño ¿Por qué será que tienen la cualidad de parecernos tan reales? Son tantas las veces que queremos que lo sean.
¿Y qué hacer cuando uno no se quiere despertar? E intentamos, engañándonos en somnoliencia, de alargarlos, de cortarlos y pegarlos en nuestra vida. Y así seguirlos y vivirlos, en carne propia, con los ojos abiertos, sintiendo la emoción, la alegría del hecho tan simple y complejo de vivir.
Llorando como debe ser. Como si el dolor viniera de una herida abierta, envenenada de tanta decepcion y engaño. Así las lágrimas vendrían a lavar las penas, a limpiar el alma, a ayudarme a enfrentar las verdades inentendibles. A aceptar que mis vínculos son de sangre. Todos. Y la sangre es dolor. Vida. Muerte. Pasión. Amor. Desamor.
Abro la puerta y lo siento. me acurruco en mi cama y lo siento. El olor, el aire, el tacto, el verbo. Todo me hace ser consciente de cada minuto que respiro.
Tantas veces he querido enceguecerme. Mi estado no me deja cerrar los ojos y descansar.
Descansar de verlo todo. De pensar en todo lo que tengo y todo lo que me falta. El ¿por qué? me persigue.
La sangre sigue corriendo, sigue su curso y me obliga a seguirlo tambien. Todo es denso y pasional.
Pero sí viene. Ese esterno y reparador destino. Simple, sutil, sincero. Muy míos. Mis sueños. Sueños de abrazos, pocas palabras, miel, brisa cálida, risas dulces y ese aroma que sabe a amor.

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