martes, 15 de marzo de 2011

Una impresión

Agosto 2010

De alguna manera, siempre lo supo.

En las fotos, en las entradas de sus diarios, faltaba alguien.

Había reemplazos, sí, pero de nada valían.

Por 22 años había visto señales. Todas traicioneras. Lo que esperaba para ella se cumplía para los demás.

Nunca entendió del todo esa necesidad. Pero sí sabía que lo esperaba y lo haría hasta que apareciera.

Cuando las fantasías se empezaron a desgastar, apareció.

Una semana antes lo sintió venir. Y no le importó. O simuló no importarle.

Estaba cansada ¿Quién no lo estaría?

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