lunes, 10 de diciembre de 2007

Caminante no hay camino


Hasta dónde llegar y cuándo es hora de hablar?
De decir: "te estás equivocando", "me estás haciendo daño", "yo no quiero esto".
Sucede en todo tipo de relaciones.
Sabiendo que la intencionalidad del otro no era lastimarnos, ¿cuál es la mejor solución?
¿Hay que "saber entender" o dejar de "saber entender"?
Pero algo es cierto. Si te dañan, queda la herida y esa cicatriz te recuerda, todos los días, que dolió, que cambié, que ya no puedo ver a la persona con la mirada del primer tiempo, aquel en el que nos fascinamos con algún rasgo de la personalidad del otro.
Y vamos...bueno, voy por la vida con ojos de acero, paso derecho y estrecho, derribando obstáculos y sabiéndome fuerte.
¿Qué hay detrás de las acciones de la gente?
Suelo quedarme boquiabierta con algunas actitudes propias y ajenas. Nos hay respuestas certeras o palabras aliviantes. Un amigo me pregunta que le pasó a aquella chica que tanto lo quiso y hoy va por la vida en busca de rumbos distintos, sin tenerlo en cuenta a él en el camino.
Otros no entienden la maldad súbita que impulsa a las personas a decepcionar, engañar o derribar a quien se entrometa en su camino.
De chiquitos aprendemos que la gente nos sorprende siempre. La vida nos muestra que el ser humano es un mapa sin instrucciones.
Supongo que al final del día muchos nos preguntamos si realmente queremos ir en busca de aquellas pistas, claves que nos ayuden a entender las conductas ajenas.
Creo que por algunas personas vale la pena el camino a recorrer y con otras es mejor evitarse la molestia. El camino nos indicará que el peligro radica en el hecho de perderse a uno mismo.
En la vida hay que manejar con cuidado, conocer los desvíos y las cornisas, tomar confianza y acelerar cuando sabemos que estamos bien encaminados y poder frenar al sentir que es mejor tomarse un minuto, ver todo lo que nos rodea y poder contemplar el camino recorrido, las heridas cicatrizadas, los abrazos dados y recibidos, y así poder vislumbrar las señales que nos llevarán a casa.
...se hace camino al andar

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