lunes, 3 de diciembre de 2007

White Oleander


Love humiliates you. Hatred cradles you (El amor te humilla. El odio te acuna).



La frase la dice Ingrid, madre de la protagonista de White Oleander (Déjame vivir, 2002, de Peter Kosminsky). tremenda madre, diría yo.
White Oleander es una película sencilla y a la vez compleja. Distinta. Evito verla pero cuando la encuentro no puedo dejarla.
Ayer después de Orgullo y Prejuicio, la encontre en I-sat. Y aunque la he visto muchas veces, sobre todo hace unos 2 años, sabía que tenía que verla.
Es la historia de Astrid Magnussen, quien vive una vida distinta a la de sus pares, educada por una madre bastante singular y hasta maligna, si se quiere. Incluso cultiva un planta venenosa llamada White Oleander (Adelfa Blanca) y la coloca sobre un vaso de leche, en una de las escenas. Pero en realidad en este filme se diluyen las distinciones entre el mal y el bien, y eso es lo que lo hace interesante al relato.

Ingrid, la madre de Astrid, envenena a su novio y es llevada a prisión. Debido a ello, Astrid va a parar a múltiples hogares adoptivos. La verdad que el primero es muy bizarro y totalmente distinto a Astrid. Pero ahí lo conoce a Ray, una especie de amor platónico, prohibido y si se quiere tierno, por mas que seguramente hayan quienes no compartan esto.

Luego va a un hogar de chicos colectivo, donde conoce a Paul, quien es muy parecido a ella y con quien puede compartir su arte.


Y....bueno, no quiero develar más. Tiene tantas aristas esta película que es imposible describirla y conservar su magia. Y no quiero profanar ninguna obra.
Pero es una bella historia, adaptada de un libro llamado también White Oleander, de Janet Fitch.
Véanla, es un historia sencillita y sensible, pero esencial.

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